ok hablare un poco sobre mi ... en mi puedes encontrar una chica romantica y tierna pero tambien me encanta vivir momentos muy calientes y experiencias nuevas y diferentes, amo cumplir fantasias sexuales extrañas, amo el sexo duro pero tambien el sexo suave, amo sonreir y hacer algunas tonterias .. no pienses que porque soy amable contigo estoy enamorada de ti solo me encanta tener amigos y compartir mis anecdotas y escuchar las tuyas... asi que en mi sala tienes sexo, amor , amistad y mucha diversion ... besos !!
HOLA SOY GABY
TENGO 25 AÑOS
VIVO EN COLOMBIA
MIDO 1.55 CM
ME ENCANTA DISFRUTAR MUCHO EN MIS TRASMISIONES
NO BUSCO UN AMOR , SOLO DIVERSION
ME ENCANTA LEER, ESCUCHAR MUSICA , Y VIAJAR
SOY FIEL CREYENTE DE LA LEY DE ATRACCION ,
TODO LO QUE DESEAS PARA TU VIDA LO PUEDES LOGRAR
LA DISCIPLINA Y EL ESFUERZO SON LA BASE DE TODO
ME ENCANTAN LOS HOMBRES MADUROS
ME ENCANTA LOS HOMBRES QUE ME TRATAN COMO UNA REINA
ME ENCANTAN LOS PRIVADOS CAM TO CAM
SOY MUY COMPLACIENTE
PERO TAMBIEN ME GUSTA QUE ME CONSIENTAN
NO ME GUSTAN LOS HOMBRES MENTIROSOS
RELATOS
Llevaba viajando toda su vida por diferentes motivos. Innumerables años, innumerables destinos.
En ocasiones por trabajo y en ocasiones por placer, pero las más por trabajo.
Viajes que al iniciarlos no sabía cuánto durarían ni si volvería a casa. Viajaba siempre con poco equipaje,
el justo y necesario para desarrollar de forma impecable su trabajo.
Cuando empezó a viajar, muchos años atrás, siempre se sorprendía pensando en su casa, su mujer y sus hijos.
Los echaba de menos nada más poner un pie en el avión.
Poco a poco se había ido acostumbrando a la sensación de estar lejos de su casa, lejos de sus seres queridos.
Con el tiempo comenzó a transformar cosas en sentimientos. Memorizó la sonrisa de su mujer, la cara de alegría de sus hijos,
los buenos momentos vividos en su compañía, la expresión de los ojos de su mujer, la fuerza de su mirada.
Todo eso lo transformó en sentimientos y siempre los llevaba con él.
Fuese a donde fuese y durante el tiempo que fuese, siempre tenía presente esos sentimientos, siempre los llevaba en el corazón
. Al final, después de numerosos viajes, los sentimientos dejaron de estar en el corazón para ser el corazón.
Él había convertido esos sentimientos en su hogar, así que, después de todo ese tiempo,
el hogar dejó de estar en el corazón para ser el corazón.
SUEÑOS INCREIBLES
Él va caminando por una calle que asciende ligeramente.
El sol está cayendo en el horizonte y sus rayos,
potentes aún a pesar de lo avanzado de la tarde,
inciden sobre su rostro haciendo que que tenga que entornar los ojos
. No lejos de donde está se escucha música,
como si alguien estuviese celebrando una fiesta, pues también llegan hasta sus oídos los sonidos de las risas
y de algún que otro grito de alegría. Siguió avanzando y al volver su rostro hacia la casa
de la que provenía el jolgorio se detuvo de golpe. Su mirada estaba fija en el balcón del primer piso,
donde una chica joven estaba apoyaba en la barandilla observando el atardecer.
Parecía cansada y estaba ligeramente sonrojada, seguramente por el calor que haría dentro de la casa,
pero él no se fijaba en ese detalle, sino que no podía apartar la mirada de los ojos negros
que aún no habían reparado en su presencia.
No dijo nada y permaneció quito, en silencio, observando a la chica que
tantas veces había visto, pero nunca tan de cerca. Tenía una melena con tintes rubios,
dorados un poco más por la lánguida luz del sol poniente
, que le llegaba por debajo de los hombros, unos pómulos bien definidos
y unos labios finos que dibujaban una pequeña sonrisa.
“¿Qué estará pensando para sonreír de esa manera que hace que sea aún más bella?”,
pensó él joven. Mientras ella seguía mirando hacia el astro rey,
el chico se fijó en el vestido de la joven, de un azul intenso, de tirantes estrechos,
y que le llegaba por las rodillas, dejando al descubierto sus brazos y la mitad inferior
de sus piernas. De pronto, y muy despacio, ella giró su cabeza y miró hacia donde
estaba el chico. Pasó de largo hacia las montañas del fondo, pero inmediatamente
volvió a posar sus ojos en el joven, que seguía quieto, como enraizado en la acera.
Sus ojos se encontraron; una mirada negra y otra marrón, pero las dos sinceras,
curiosas, brillantes y alegres. La sonrisa se dibujó en el rostro de ambos y una
corriente eléctrica recorrió sus cuerpos, uniéndolos a pesar de la distancia.
Sin decir nada y sin dejar de sonreír ella deja el balcón y entra en casa,
pero él sabe que no debe preocuparse porque enseguida aparecerá por la puerta.
Que no hayan dicho una sola palabra no significa que no hayan mantenido una conversación.
Los segundos se le hacen eternos, pero ninguna duda cruza su mente, todo lo contrario.
No deja de pensar, casi de manera atropellada, lo que hará cuando ella aparezca de nuevo.
No le da tiempo a pensar mucho más, porque la puerta del portal se abre y aparece con la
misma sonrisa que lucía en el balcón. Los pómulos aún más marcados por esa sonrisa y
los ojos despidiendo chispas de felicidad. Un paso. Dos. Tres. Ambos se acercan y terminan
por estar uno frente al otro. Siguen sin decir nada mientras el sol sigue cayendo hacia el oeste
y los baña con una luz anaranjada que no hace más que resaltar la melena de ella.
Su rostro no recibe ninguna luz, pero tampoco le hace falta pues la proximidad de ambos
hace que sus ojos despidan una luz especial. Un segundo. Dos. No transcurre un tercero cuando los dos se funden en un abrazo
UNA NOCHE EN LA OSCURIDAD
Todo era oscuridad. El cielo negro, profundo con el mayor de los abismos,
no contaba con ninguna estrella que iluminase su manto.
Parecía como si algún ser misterioso hubiese pasado el tiempo recogiendo
los astros de uno en uno hasta dejar el firmamento libre de cualquier huella de luminosidad.
Los ojos no podían distinguir la línea del horizonte ni advertir dónde acababa el cielo y empezaba la tierra.
La negrura era tan espesa que incluso parecía caer a plomo sobre cualquier objeto que se encontrase al aire libre,
oprimiendo cada árbol, cada río, cada montaña, cada animal nocturno.
Poco a poco los animales que salieron al anochecer a alimentarse volvían a us madrigueras y a sus nidos.
Eso ya era un indicio de lo que estaba a punto de suceder. De pronto la pesadez de la oscuridad se hizo aún mayor,
como si tratase de aplastar absolutamente todo; como si tratase de mostrar la superioridad y
el poder que tenía sobre todo lo que estaba bajo ella.
Esa pesadez llegaba a afectar a la respiración, presionando lo pulmones y haciendo obligatorio
el tener que abrir la boca más de lo debido para poder respirar. Cuando la sensación de opresión
estaba llegando a un punto casi insoportable por el horizonte apareció la salvación.
El primer rayo de luz aparecía entre la espesa negrura iluminando la difusa linea del horizonte
como la jabalina que sale disparada en busca de su objetivo.
En ese momento, que el primer rayo de luz iluminaba el cielo por el este,
el oeste seguía sumido en la más absoluta oscuridad Ese instante, el instante del amanecer,
era el momento clave del día. La naturaleza decía muchas cosas sin necesidad de palabras,
solamente con su ciclo habitual. Mientras por el este comenzaba a brillar la luz,
aunque fuese únicamente con un rayo, el oeste seguía en tinieblas.
La una no podía estar sin la otra; sin luz no había oscuridad y sin oscuridad no había luz.
No se podía estar permanentemente iluminado, evitando la oscuridad por la misteriosa
sensación de opresión que generaba. Esa sensación no era más que el temor a lo desconocido,
a lo que no se podía ver o tocar. la luz proporcionaba claridad, visión,
otro tipo reacción ante los estímulos externos.
Pero la oscuridad hacía que cada uno tuviese que confiar en su instinto,
en otros sentidos aparte de la vista, reducida al mínimo por las condiciones.
Ese instante en que la luz hacía aparición recordaba, cada mañana,
la necesidad que tenían de las dos. Sin una de ellas nunca podría apreciar la ausencia de la otra.
Y que pasaria si un dia llega el momento de nuestro encuentro ?
que pasara si un dia llegas a mi vida y nos damos tanto amor como lo hemos deseado ?
que pasaria si un dia vamos mas a alla de un amor virtual ?
has pensado en la posibilidad de acariciar mi rostro ,
acariciar mis senos , mis pezones duros y cada centimetro de mi cuerpo ?
que pasa sien ese momento te das cuenta que ese amor virtual a llegamos mucho mas alla
y estamos totalmente enamorados ?
hace casi cinco años que estoy en este sitio y estoy feliz de estar aqui ,
tener amigos que me acompañan desde ese tiempo ,
algunos se van y despues regresan, algunos estan hace poco pero
estoy muy feliz de tener a cada uno de ellos en mi sala , hombres que me respetan ,
hombres que me dan placer , hombres que me hacen sonreir y ver la vida de otra manera ,
gracias a cada uno de aquellos que me dan la oportunidad de
estar entre sus favoritas , hoy he llegado a 3000k y espero llegar a tener muchos mas ,
gracias chicos por hacer mi trabajo mas ameno y sentirme bien cada dia , cada hora ,
cada minuto en el que estoy en el sitio , espero poder hacerlos sentir de la misma manera !
abrazos !!!
cuantos de los que visitamos este sitio lo hacemos porque nos sentimos solos ?
cuantos de nosotros lo hacemos por buscar alejarse de su circulo social
cuantos lo hacemos por olvidar un rato los problemas y simplemente ser nosotros mismos ,
cuantos aqui no deseamos tantas cosas en nuestro mundo real y simplemente deseamos venir a este mundo a ser
lo que realmente queremos ser ?
aqui en mi sala podemos ser lo que queremos ser sin miedo a ser jusgados por nadie ,
en mi sala no hay problema si tienes fetiches diferentes,
aqui en mi sala el unico requisito es el respeto ,
aqui en mi sala solo pensaremos en el placer de hacer lo que nos gusta realmente
dejame conocerte y complacerte ,
dejame ver quien eres realmente y que te gusta..
simplemente es un viaje de fantasia , donde no pensaremos en nada mas que nosotros mismos .
TE ATREVES A INICIAR ESTE VIAJE ?
DESDE LEJOS
(SANTIAGO CRUZ)
Pido pocas cosas, pido tu memoria
Que tú me recuerdes de buena manera
Al pasar los días de mi calendario
Yo voy descubriendo que te quise tanto
Tanto para que no pesen los malos momentos
Muy por el contrario, ya no hay más pendientes
Todo está saldado
Y si me preguntas, yo ya hice las paces
Sin arrepentimientos..
Que haya luz en tu vida yo quiero
Que te hagan feliz yo pretendo
Sentarme y mirar desde lejos que si me nombran
No mires al cielo
Y que me guardes en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tus sueños
Y SI UN DIA NO ESTOY?
Si un dia ya no estoy , estare agradecida siempre de los buenos momentos que he vivido en el sitio
ser Gabriella Fox me ha cambiado mi vida significativamente y amo cada dia aqui ,
me gusta ser quien soy y me gusta dar placer a ustedes y tener placer para mi ,
me gusta reirme , me gusta disfrutar de los privados , y me gusta conocerlos ,
conocer cadaparte de ustedes , gracias a cada uno de ustedes por dejarme estar
para ustedes en sus momentos de soledad o en sus momentos de estres,
gracias por dejarme ayudarlos a olvidar la rutina y todo lo que esto conlleva;
este mensaje es para quienes estan conmigo a traves de estos cuatro años y
aun siguen aqui , tambien para quienes van llegando y quienes estan por llegar ,
quiero que sepan que aqui simplemente soy yo , asi como me rio.tambien me enojo,
lloro y demas , soy una chica con sentimientos , no soy una muñeca de silicona jajaa ..
besos gracias nuevamente por estar aqui
DESNUDA ( RICARDO ARJONA)
No es ninguna aberración sexual
Pero me gusta verte andar en cueros
Al compás de tus pechos aventureros
Víctimas de la gravedad
Será porque no me gusta la tapicería
Que creo que tu desnudes Es tu mejor lencería
Por eso es que me gustas tal y como eres
Incluso ese par de libras de más
Si te viese tu jefe desnuda y detrás
No dudaría en promover tu cintura
Deja llenarme de tu desnudes
Para afrontar los disfraces de afuera
De una mejor manera
Desnuda, que no habrá diseño que te quede mejor
Que el de tu piel ajustada a tu figura
Desnuda, que no hay un ingenuo que vista una flor
Sería como taparle la hermosura
Desnuda, que la naturaleza no se equivoca
Y si te hubiese querido con ropa
Con ropa hubieses nacido
Deja llenarme de tu desnudes
Para vestirme por dentro
Aunque sea un momento
USUARIOS VIP:
Gracias a aquellos hombres que estan suscritos a mi vip y disfrutan
cada dia de mis fotos y videos premium ,
les recuerdo que por ser VIP incluyen:
preferencia en el chat gratuito
topples gratis en su permanencia en mi sala
videos y fotos exclusivas
prioridad en los privados
un video personalizado en mensajeria privada...
nuevamente bienvenidos a quienes se suscriben y
quienen aun no lo hacen los invito a pertenecer a mi club vip yu disfrutar mucho mas
Estamos acostumbrados a oír eso de que hay que vivir el momento y dejarnos de preocupaciones futuras o pasadas. El famoso ‘carpe diem’. Muchos nos dicen que no merece la pena preocuparse por el futuro más o menos inmediato, que lo que tenga que pasar pasará y que es mejor concentrarse en vivir el momento y disfrutar del presente. Pero si nos paramos a pensar un momento, ¿realmente existen el presente y el ahora? Lo único cierto es que el pasado es pasado y que, por mucho que en alguna ocasión lo añoremos o tengamos ganas de que volviese para volver a vivir ciertos momentos de nuestras vidas o cambiar algunos otros, no puede ser, con lo que no merece la pena sentarse y pasar nuestro tiempo divagando y elucubrando sobre los hechos pasados. Si nos decidamos a vivir el presente sin preocuparnos por el futuro, nos daremos cuenta pasado un tiempo, algunos antes que otros, que el presente se convierte en pasado a un ritmo endiablado y que irremediablemente nos vemos a pensar un poco e el futuro, aunque sea en el futuro más inmediato. No hace falta que hagamos planes para un gran período de tiempo futuro, pero creo que si que es necesario que pensemos un poco en lo que está por venir, sin obsesionarnos, para poder disfrutar mucho más y mucho mejor de esos momentos que denominados el presente y el ahora.
—Y parece como si este cielo en llamas se cayese sobre mi, como el fin del universo. Y parece como si este río se inundara sobre mí como lluvia en un diluvio.
Su reflejo en el espejo no le devolvía otra cosa que sus propias muecas producidas por el dolor de su mente.
—Has gastado tanto y de tu orgullo queda el llanto. Por eso me quedo toda la noche y luego me voy con mi manía, que crece dentro de mi alma por ti vacía. De nuevo, ninguna respuesta. Sin conclusión, expresada en voz alta:
~nada soy, nada fui , nada seré
Vivimos en una constante vorágine que hace que la mayor parte del tiempo andemos de un lado para otro sin pararnos a pensar cuál será nuestro siguiente paso o por qué hemos hecho lo que acabamos de hacer. A todos nos gusta pararnos de vez en cuando y, mirando a nuestro alrededor, decirnos a nosotros mismos que eso tiene que cambiar, que tenemos que ser dueños de nuestros pasos y no dejarnos arrastrar por la corriente del gentío. Para algunas personas eso será posible y empezarán a andar con otro ritmo, admirando lo que les rodea, separando lo bueno de lo malo y tomando decisiones que mejoren su día a día y con ello su vida y su bienestar. Otros, por el contrario, y por razones que muchas veces se les escapan a ellos mismos, no consiguen evadirse de todo ese remolino de pasos, actos, decisiones, sensaciones, etc., y continúan con su modo de vida. Pero todos, absolutamente todas las personas, merecen tener un refugio, aunque muchas veces sea única y exclusivamente mental, donde poder pararse, sentarse tranquilamente y abstraerse de todo los que les ha rodeado durante ese día. Todo tenemos derecho a ese oasis en el que las preocupaciones no existen y sólo cuentan los buenos momentos que pueblan nuestros días y que quedan ocultos por nuestra rutina arrolladora.
Abrió los ojos y de pronto se encontró sentada en el borde de un acantilado frente a un mar de color turquesa en calma. El acantilado sobre el que se encontraba descendía varias decenas de metros hasta acabar en el mar, azotado por las olas que constantemente rompían contra su base. No sabía cuánto tiempo había pasado con los ojos cerrados, pero ella tuvo la sensación de que había transcurrido una eternidad. Mientras había estado con los ojos cerrados su mente estuvo ocupada repasando todos los acontecimientos recientes que la habían llevado hasta allí. Repasó los buenos momentos, los malos, los viajes, las nuevas experiencias vividas, su día a día. Todo. Debido a todo eso que había pasado por su mente, por recordarlo todo tan vívidamente, era por lo que no era capaz de decir cuánto tiempo llevaba sentada en el acantilado. Cuando abrió lo ojos y vio ese inmenso mar azul su mente se quedó en paz, sin pensamientos que se agolpasen hasta hacerle sentir que su cabeza iba a estallar. El ritmo constante con el que las olas rompían en la base del acantilado le proporcionaba una manera de controlar el paso del tiempo, aunque en su fuero interno no deseaba saber qué hora era o cuánto tiempo llevaba allí. Ese rítmico sonido le hizo cerrar los ojos de nuevo sabiendo esta vez que su mente no volvería a los anteriores pensamientos. La visión de la inmensidad del mar había abierto un camino en su mente para hacerle ver que avanzar era el único modo de lograr sus objetivos y dejar atrás lo improductivo. De la misma forma que las olas rompían siempre contra los acantilados incansablemente, ella tenía que seguir su ejemplo y avanzar continuamente. Volvió a abrir los ojos, más calmada y serena. Miró a su izquierda y allí estaba él. Sabía que era él quien la había llevado hasta ese lugar pero desde que se sentaran al borde del acantilado y ella cerrara los ojos, su presencia se había ido diluyendo hasta que tuvo la sensación de estar sola. No le importó en absoluto que al mirar hacia la izquierda él estuviese allí con ella. Siempre había sido así; siempre había estado con ella. En esos momentos él estaba cerca y lejos a la vez. Cerca porque estaban sentados uno al lado del otro y lejos porque él le dejaba la libertad y el espacio necesarios para que ella estuviese tranquila y no se sintiera agobiada. Ese era él. Así era él. Su amigo.
Ella se miraba todas las mañanas en el espejo. Lo que veía le gustaba y por eso se preguntaba qué veían los demás que no les gustase para meterse con ella todos los días. Tenía el pelo rubio largo recogido en una coleta alta, unas orejas bien proporcionadas adornadas con unos pequeños pendientes de nácar, una nuez pequeña y elegante que daba paso a uno labios estrechos que siempre estaban dispuestos a dibujar una sonrisa. Y unos ojos verdes esmeralda tras una elegantes gafas. No podía ser por las gafas. Muchas personas de su entorno las llevaban y no se metían con ellas. Así que debe de ser por otra cosa, pensaba todas las mañanas. ¿Qué había de extraño o molesto en su persona que sacase lo peor de los demás? Por fin, un día, sacó algo de su valor oculto y escribió una nota que pegó en la pizarra de la clase cuando no había nadie por los alrededores. Cuando llegó a clase, más tarde que los demás a propósito, se encontró a todos comentando la nota y diciendo que la persona que lo había escrito tenía razón. Pero no sabían quién había sido. La nota no era muy larga. Era directa. “_Tengo a alguien que se mete conmigo. No solo es que me pegue y me diga cosas feas, aunque no os mentiré, eso es muy duro. Lo peor de todo del bullying es que resulta que cada vez que te acosan te roban una pequeña parte de quien eres. Entonces, si se repite a menudo, poco a poco, sin querer, te vas convirtiendo en alguien que nunca deberías ser. Y eso es muy duro.”
Tener la capacidad de hacer algo no es obligación para hacerlo. Al igual que cambio no es sinónimo de mejora o estar quieto no es sinónimo de no hacer nada. Si juzgas sin conocer serás un necio; si juzgas sabiendo, un pretencioso. Todo es más sencillo. Piensa, actúa cuando lo creas conveniente, se tú, disfruta lo que haces, deja que los demás vivan su vida y vive. Sobre todo eso. Vive.
Aunque era otoño, el sol hacía más agradable su desayuno junto a la ventana algo entornada. Una repentina ráfaga de viento giró el trozo de papel que descansaba encima de la mesa, justo al lado de la taza humeante de café. Sin prisa sujetó el papel para que no cayera al suelo y se acto seguido se quedó inmóvil. El motivo era que al moverse, ese papel y que se encontrara mirando una foto que ella le dio hace tiempo. La foto, todavía en perfecto estado a pesar del tiempo, era un primer plano de una chica joven que rozaba la veintena, cercano, íntimo, limpio, dando protagonismo a sus preciosos ojos. A él siempre le habían llamado mucho la atención los ojos de ella y, por alguna razón que en esos momentos se le escapaba, ejercían una potente atracción sobre él. Nunca había sabido explicar el porqué, ni siquiera a él mismo. Pero, en ese momento, gracias a esa brisa que había entrado sin invitación por la ventana y había movido unos papeles para dejar al descubierto esa foto, se dio cuenta de que esos ojos, los ojos de esa chica de apenas veinte años, le trasmitían todo lo que él veía en ella; le hablaban de la curiosidad que ella tenía, de la vivacidad con la que observaba todo, la capacidad de ver más allá de lo que había a simple vista o en la superficie de las cosas o las personas, le demostraban la decisión y la fortaleza que tenía y, sobre todo, le hablaban de su sinceridad. En definitiva, todo lo que sus ojos le decían era que la confianza que él depositaba en ella era comprendida, asimilada y recíproca.
Se despertó con los primeros rayos de sol. Mientras por el oeste todo era oscuridad y las estrellas aún se esforzaban por brillar, ella, con su finísimo vestido de lino blanco salió al balcón para admirar los tonos rojizos que el sol empezaba a dibujar por el este. Se apoyó en la barandilla y puso su atención en el arroyo que discurría paciente y con regularidad por debajo. En ocasiones solía bajar a darse un baño al amanecer, pero hoy prefería verlo desde la altura, viendo como el agua, en algunas partes, parecía querer mover o moldear las piedras que había en el fondo. Las piedras parecían burlarse del agua obligándola a dar saltos en una danza en ocasiones caótica y buscar caminos invisibles o imposibles por los que avanzar, pero las piedras olvidaban lo importante: en la confrontación entre el arroyo y la roca, el arroyo siempre ganará, no por la fuerza, sino por la persistencia. Cada experiencia conlleva una lección, sobre todo si se trata de un fracaso. Nos invita a no repetir los mismos errores. Así se adquiere la sabiduría. Pero no basta con recordar la lección. Hay que tener también valor para deshacerse del resentimiento que uno tiene hacia sí mismo. Pretender ser infalible, en realidad, no es sino orgullo. El ser humano no es perfecto y tiene que aceptarse tal como es, con sus cualidades y sus defectos, sus momentos de gloria y sus instantes de flaqueza. El objetivo de la vida es aprender a conocerse uno mismo, darse cuenta de sus defectos y convertirlos en cualidades.
Al día de hoy sigo sin tener muy claro si valiente Es el que se queda o el que se va … tú qué opinas ?
UNA PEQUEÑA HISTORIA
La chica caminaba despacio hacia su domicilio. Estaba cansada, agotada después de un largo día de trabajo. Según se acercaba a su portal algo llamó su atención, un pequeño bulto que colgaba de una de las rejas de entrada. Aceleró un poco el paso movida por la curiosidad, pues no estaba esperando ningún paquete o envío. _¿Qué será?_, pensó. Cuando estuvo a pocos pasos de la puerta vio lo que era y no pudo dar un paso más. Su mente no quería creer lo que sus ojos le mostraban, pero no era ningún sueño ni ninguna alucinación. Sí, lo que estaba viendo era real. Un paso más. Dos. Tres. Y por fin lo tuvo al alcance de la mano. Estiró el brazo y sus dedos rozaron los suaves y húmedos pétalos de la docena de rosas que parecían haber dejado recientemente. Eran rosas rojas, con una luz y un aroma que impregnaba todo cuanto había alrededor. _¿De quién serán?_, pensó la chica. Mientras lo pensaba vio una pequeña nota doblada, la cogió y la abrió para leerla. “Mi guapa, he aquí tu sorpresa de hoy. De parte de alguien que te aprecia y que te quiere. Tu guapo.” La joven se giró, con la emoción y la ilusión impregnando sus ojos; los pómulos sonrojados. Buscaba algo que sabía imposible. Una cosa era que él le hubiese enviado rosas, pero no podía ser que él estuviese también allí, en alguna parte, escondido esperando para sorprenderla.
La joven agarró el ramos de rosas, abrió la puerta de su casa y entró. Una sonrisa que no abandonaba su rostro iluminó todo el salón, como si el sol hubiese entrado en la estancia. Se acercó las flores a la nariz y aspiró su aroma casi con ansia. Parecía que temiese que todo fuese un sueño y que las rosas pudiesen desaparecer en un parpadeo. Eran una rosas roja preciosas, nunca había visto unas tan bonitas. O quizá sí, pero como nunca se las habían regalado no le parecieron tan radiantes. Sin embargo, esas sí que eran para ella. Las había cogido de su puerta y llevaban una nota que, aunque escueta, significaba mucho para ella. De pronto tocaron a la puerta con tres golpes bastante seguidos. Nadie de sus conocidos, que ella recordase, llamaba así y tampoco esperaba visita alguna. Dejó el ramo de rosas sobre la mesa del salón y llegó a la puerta en pocos pasos, abrió y lo que se encontró volvió a sorprenderla.
CAPITULO III
Las piernas le temblaban y parecía que no iban a aguantar y se caería al suelo, pero no le importaba. La joven no podía dejar de mirar a la persona que tenía delante, a escasos tres pasos. Ambos sonreían sin decir nada, en silencio, como si todo su alrededor no existiese e incluso el tiempo se hubiese detenido. Ninguno estaba preparado para ese momento, lo que lo convertía en un instante de lo más especial. Ella estaba mucho más impresionada que él, pues ella no se esperaba ese encuentro mientras que él había tenido tiempo de afrontarlo mientras se dirigía hacia su vivienda. —Hola, mi guapa —dijo finalmente el joven casi en un susurro, rompiendo el silencio, pero no la magia del momento. Ella siguió sonriendo, dio dos pasos y rodeó con sus brazos el cuello del chico para fundirse los dos en un abrazo. Aunque sus mentes ya llevaban un tiempo unidas, sus cuerpos estaban en contacto por primera vez, rompiendo una barrera que por momentos les pareció insuperable. El contacto de sus pieles, sentir el ritmo del corazón el otro en su pecho, oler sus aromas… todo lo que estaba ocurriendo les pareció mágico y no quisieron romper la tan ansiada fantasía, por lo que permanecieron abrazados sin importarles nada más. —Hola, mi guapo —susurró ella al oido del joven. Para él fue como ascender un peldaño más en aquel paraíso. Había escuchado muchas veces su voz, siempre a través del teléfono, pero no era lo mismo hacerlo en persona, donde el cálido aliento que acompañaba a las palabras hizo que se le erizará la piel.
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